Pues sí, al final el movimiento ha terminado volviendo al lugar de donde venía la mayoría: la Cañada Real.
El asunto «oficial» es evitar el derribo de la caseta de un tal Abdul que se instaló en Sol durante un tiempo para hacer algo de turismo y conocer barrios nuevos. Probablemente el motivo real sea que en la Cañada hay mejores terrenos para cultivar maría y que es más fácil cagar en el vertedero que en pleno centro.
No me imagino yo viendo a curritos indignados yendo a semejante sitio a reivindicar los derechos de Abdul los fines de semana. Además, llegan las vacaciones y lo propio es aplazar la indignación a la vuelta de una semanita en el hotel/piso/chalet de turno en la playa (los que somos burgueses hasta igual nos hacemos un crucerito y todo)
La indignación es una cosa, las vacaciones son Sacrosantas. Se puede luchar a la vuelta.
¿Será esto la Nueva Moraleja del utópico mundo perroflautico?
Así que este verano quedará el núcleo duro de la «revolución», es decir, los inmigrantes, los perroflautas y los traficantes. Grupo que, en pos de un mundo mejor y bien concienciado con su cometido, prescindirá de sus vacaciones en la Costa Azul para mantener encendida la llama que nos ilumina el camino a un mundo que seguirá igual y seguirá yendo a votar en las próximas elecciones, para desgracia de todos.
Aún así, no seré yo quien critique a Abdul por defender su casa, por muy ilegal que sea. Bastantes ilegalidades cometen los ayuntamientos todos los días como para decir que una persona no tiene derecho a un techo. Antes, que derriben la casa de Gallardón.
No, lo que me ha sorprendido es que, justo cuando 15m tenía al político cogido por el cuello, gracias a acciones pacíficas y multitudinarias en la puerta del Congreso todos los días, justo cuando estaba a punto de cambiar la sociedad española gracias a sus propuestas, que digo propuestas, sus exigencias perfectamente argumentadas, redactadas y presentadas en el Congreso, justo ahí y en ese momento, la cabra a tirado al monte y se ha ido con sus pulgas, sus flautas y sus cartones a su amada Cañada.
Y los indignados de verdad, es decir los curritos explotados y no los vagos que hemos visto en la tele, se han quedado con la boca abierta y sin saber qué hacer. Porque una cosa es estar indignado y otra desplazarse al barrio del Rafita a protestar, no sea que acabes sodomizado, quemado y atropellado con beneplácito de juez mediante.
Que alguien me lo explique.
El Imperio del Miedo 
Yo ando un poco desinformado de todos estos temas, he perdido el interés , como el resto de los medios de comunicación después de estos días de fiesta. Sigue habiendo sesiones de MossoTerapia en Barcelona??
Pues espero que sí, siempre es muy divertido ver como, desde el suelo, lloran y suplican al poli al que segundos antes estaban insultando y amenazando.
Y es que la valentía y chulería se pasa rápidamente en cuanto las costillas se te doblan hacia dentro.
Aunque me gustó mucho más el modelo islandés o finlandés o alguno de esos, lo de tenerlos sentados en el suelo con todo el friaco que hacía.
La versión española sería tenerles sentados en un sitio con agua y jabón.